Jesús mío, creo que Tú estás en
el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas
y deseo recibirte ahora dentro
de mi alma; ya que no te puedo recibir
sacramentalmente,
en a lo menos espiritualmente a
mi corazón.
Señor, no soy digno ni merezco
que entres en mi pobre morada pero di una sola palabra
mi alma será sana, salva y
perdonada.
El Cuerpo, la Sangre, el Alma y
la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, guarden mi alma para la vida
eterna. Amén.