25 ANIVERSARIO DE SCHOENSTATT EN LA PAZ



En este año de celebración de los 25 años de nuestro Santuario de Schoenstatt en Achumani, junto con celebrar y agradecer por todos los regalos y gracias que hemos recibido de Dios en él y la historia que con nuestra querida Mater hemos ido tejiendo, queremos también profundizar en la realidad de nuestro Santuario como una realidad viva y vivificante, que se traduce en su ideal “Tierra de Unidad”.

Hablar de un santuario y experimentarlo como una realidad viva, sólo es posible cuando hemos experimentado la presencia y acción de Dios, real y concreta, en ese lugar. Lo más propio de un santuario es la presencia y acción de Dios en él para hacer llegar su salvación a los hombres.

Así nos lo muestra la sagrada escritura en toda su extensión. Dios quiere estar cercano a los hombres, bendecirlos con su gracia y regalarles su salvación, que consiste en vivir en alianza de amor con Él aquí y en la eternidad.

Esa presencia y acción de Dios en medio de su pueblo se manifiesta en el éxodo hacia la tierra prometida a través de la tienda de reunión, el tabernáculo, y más tarde en el templo de Jerusalén. Dada la incapacidad del pueblo de Israel para vivir en alianza con Dios se hace necesaria una nueva iniciativa divina y su Hijo toma forma humana, se encarna, para hacernos expereimentar su amor “a escala humana” y a la manera humana.

El “lugar” de la encarnación es el seno de María de Nazaret, inmaculado, sin ningún defecto en su amor, y de una “mujer” capaz de dar un sí pleno y absoluto a la alianza de amor que Dios le propone a tráves del ángel.

A partir de ese momento el seno de María y su corazón se convierten en “el santuario”, “el tabernáculo”, por exelencia. María con su “sí” y su plena disposición a que se haga en ella la total voluntad de Dios, sella una alianza de amor con Dios, en nombre propio y de todos nosotros. Y la repercusión de este hecho lo experimentan su prima Isabel y el hijo en el seno de ésta poco tiempo después; un encuentro con el Santuario Vivo.

Aunque de San José tenemos muy pocas referencias en la sagrada escritura, podemos entender su alianza de amor con María desde el momento en que “Despertado José del sueño, hizo como el Angel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer. Y no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús” Mt 1,25-26. Y ese hogar se convirtió en un santuario vivo desde el momento del nacimiento de Jesús, un tabernáculo vivo.

Basados en esta realidad podemos entender a nuestro fundador, el P. José Kentenich, cuando él da, junto con sus discípulos, el paso de sellar un compromiso, más tarde llamado una alianza de amor con María, en la capilla recién acondicionada y puesta a disposición de la naciente Congregación Mariana.

El desarrollo de la Congregación Mariana y su posterior desarrollo en el movimiento de Schoenstatt, han demostrado que Dios tomó en serio ese acto – fundacional – y que ha tenido como consecuencia la presencia y acción real, fehaciente, de María en el Santuario de Schoenstatt. María, el santuario – tabernáculo – de Dios, hace de este lugar un santuario, pero no sola, sino con todos aquellos que han sellado su alianza de amor con ella y aspiran, a través de su esfuerzo por la santidad, a ser también un tabernáculo de Dios, un santuario vivo de Dios en medio de su pueblo.

Al celebrar los 25 años de la bendición de nuestro santuario de Achumani, que ha de ser “Tierra de Unidad”, queremos renovar nuestra alianza de amor con María y ser así santuarios vivos y “santuario vivo”, en el que la unidad sea el signo distintivo de que Dios habita en medio de su pueblo y lo bendice abundantemente.



P. CLAUDIO MARTINEZ COHEN
SANTUARIO DE SCHOENSTATT

EUCARISTÍA Domingo 19 10:30 Preside el Arzobispo de La Paz podrá impartir la Bendición Papal como apertura de un tiempo de Indulgencias para domingos y fiestas marianas conferidas desde la Santa Sede.

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