Hermanos y hermanas: Y vamos a encontrar una cantidad de
cosas fuertes: desde antes de nacer, nuestros padres, nuestros antepasados,
abuelitos, tátara abuelos, quién sabe cómo ha llegado la vida, la vida humana Para
cada uno para casa una ustedes: ¡Cómo el Señor nos ha ido acompañando desde
pequeños? ¿Cómo hemos nacido? Quizás muchas veces en medio de las dificultades nuestro sufrimiento está siempre el amor de
Dios, está siempre la misericordia de Dios.
El permite que pasemos muchas veces por el dolor, por la
Cruz, cómo él ha pasado en su vida, por
el rechazo, el desprecio, por el sufrimiento la Pasión y la Cruz. Queridos
hermanos, hermanas en las buenas, en las malas Dios está con nosotros. Y no hay
nada más grande que ese amor infinito, ese amor tan grande en nuestras vidas. ¡Que nos da confianza!
que nos hace creer en él, ¡que nos llena de esperanza para seguir adelante! pase
lo que pase. Es el amor infinito de Dios en nuestras vidas, pero muchas veces
puede pasar que nos sentimos indignos, porque le hemos fallado al Señor, porque
hemos cometido pecado más pequeño o más grande.
Pero el amor de Dios es tan grande, que supera todo el mal
que hayamos podido hacer, aunque tus pecados sean rojos como la sangre de
nuestras alfombras que están aquí. Mi misericordia y mi amor dice el Señor: “Es
mucho más grande” y va a borrar tus pecados y va a limpiar tus faltas. Y va a
volver tu espíritu blanco como la nieve de nuestras montañas.
Queridos hermanos: El año de la misericordia es para que
cada uno de nosotros se sienta atraído, se sienta llamado, llamada, invitado
por él Señor, para acercarse a Él, Para
pedir perdón por nuestras faltas, para pedir perdón por nuestros pecados, para
pedir perdón por los crímenes que hubieran podido haber, quizás en nuestras
propia vida o en la vida de los hermanos y hermanas de nuestro alrededor.
Queridos hermanos el año de la misericordia es para pedir perdón por todos los
pecados del mundo, por tanta injusticia, por tanta mentira, por tanto engaño,
por tanto egoísmo que existe a nuestro alrededor, por tanta violencia ¿Qué sucede?
Nosotros tenemos que decirle: Perdónanos, Señor perdona Señor a tu pueblo. Pedir
perdón al Señor, para sentir la misericordia de Dios en nuestras vidas. Y cuando
pedimos perdón ¿Qué debemos hacer? Conviértanse de corazón al Señor en el
Evangelio él dice conviértanse.
Acercarse a Dios, pero además nos está diciendo el
Evangelio; acercarse a los demás: Si has engañado a los demás Si haces daño a
otros con tu egoísmo, o con la violencia o la injusticia cambia tu manera de
ser, que puedas cometer, cambia tu manera de vivir. Si ves a los otros como tus
enemigos, como adversarios, transforma tú visión piensa que el que está a tu
lado es tu hermano, es tu hermana. Si a tus vecinos los ves como extraños velos
como Puedes cambiar tú vida.
Queridos hermanos, Queridas hermanas es en primer lugar para
acercarnos a Dios. Hacerles llegar la misericordia de Dios a los hermanos, queridos
hermanos se ha realizar lo que nos decía la primera lectura entonces podemos
tener la primera alegría. En medio de nuestra vida damos gracias a Dios porque
el permite que pase en nuestras vidas. Entonces podemos estar alegres, podemos
estar contentos, Hoy día estamos en tercer domingo de Adviento empieza con esa
palabra Alégrate, porque la Salvación está a tu alcance.
Queridos hermanos hermanas: Quiero desearles que muestren
las puertas abiertas, para que nuestros hermanos que se han alejado se acerquen
a rezar al Señor por ustedes mismos ganar el perdón de Dios, hemos habilitado
varios lugares para poder ganar la indulgencia y hermanos hemos de rezar por el
Papa Francisco, por los Obispos, por éste servidor, por los hermanos sacerdotes
y vamos a rezar al Señor para que nos mande más servidores. Y que el Señor
bendiga a nuestra comunidad reunida en ésta catedral dedicada a nuestra Señora
de La Paz.