El Papa recordó que el día del nacimiento del Salvador, el pesebre nos muestra la señal que Dios nos ha dado "un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre" (Lc 2,12). Y que también nosotros, como los pastores de Belén vamos a ver esta señal que se renueva cada año “en la Iglesia, en la familia, en cada parroquia”.
“Sólo Él nos puede salvar. Sólo la misericordia de Dios puede liberar a la humanidad de tantas formas de mal, a veces monstruosas, que el egoísmo genera en ella” subrayó el Pontífice.