EL JEFE DE GENDARMERÍA VATICANA VISITÓ LA PAZ

El jefe de la gendarmería vaticano visitó ayer La Paz, Nos hicimos la siguiente pregunta ¿Quién es Domenico Giani?
DOMENICO GIANI, tiene 49 años, es el ‘ángel de la guarda’ de los pontífices de 2006. Apodado Shadow (la sombra) es el responsable de seguridad del Vaticano, el hombre que sigue y acompaña al Papa Francisco, antes a Juan Pablo II y luego Benedicto XVI, allá donde vaya y por dónde mueva.  Su cargo concreto es el de responsable de seguridad de la Gendarmería vaticana y escolta personal de Sumo Pontífice. En definitiva, el superpolicía de Francisco. Giani tuvo el “honor” de sustituir en el cargo al histórico Camilo Cibin, un agente que trabajó durante 58 años en la Santa Sede con nada menos que seis papas. Cibin vivió los atentados contra Pablo VI en Manila y los de Juan Pablo II cuando Ali Agca le disparó y otro en Fátima.
Giani formó parte de los servicios secretos de Italia y es un experto en seguridad, aunque Francisco es quizás el Papa que más le complica su labor. Por ejemplo en la JMJ de Río de Janeiro tuvo que emplearse a fondo ante la multitud que cuando llegó Francisco llegó a rodear el coche en el que viajaba. Por más que intente pasar desapercibido en casi todas las imágenes en las que aparece Francisco se puede distinguir su silueta muy cerca, pegado a él. Su sombra. Giani es el hombre calvo que se encarga de acercar a los niños a Francisco para que los bese y los bendiga.
La labor del guardaespaldas del Papa, además de no separarse de él, va más allá. Según los agentes que han trabajado con Giani tanto en el Vaticano como en los viajes de los pontífices a actos tan multitudinarios como la JMJ de Madrid y de Río, apuntan que la coordinación es prácticamente perfecta. A Giani, cuentan, no se le escapa ni un detalle. En Madrid se encargó de organizar todo el dispositivo de seguridad personalmente con la policía española. No delega y quiere saber de antemano lo que se va a encontrar. En Madrid tenía perfectamente analizadas las calles del recorrido y sus alternativas”.  A Brasil, junto a Giani viajaron cinco agentes de la Gendarmería del Vaticano: Mauro De Horatis, Gianluca Gauzzi, Luca Cintia, Davide Giulietti y Luigi Trombetta. A ellos se suman el teniente coronel Christoph Graf y el capitán Lorenzo Merga, ambos de la Guardia Suiza
Los agentes que protegen al Papa tienen formación casi militar. Cuando Giani organiza un dispositivo alrededor del Pontífice organiza a los escoltas en rectángulo, un tipo de formación que según los expertos permite un ángulo de visión más amplio.  El dispositivo que monta cuenta siempre con la posibilidad de un ataque y en ese caso la huida se hace siempre por la parte delantera. Además, un número de agentes, según sea el acto y el lugar, se infiltra siempre entre la gente.  Cuando Francisco, el papa que más difícil se lo pone y más quebraderos de cabeza le da por su cercanía con los fieles, por su costumbre de moverse en un jeep abierto en el Vaticano o por andar junto a la gente, se sube al coche sitúa a los hombres más altos pegados al vehículo.
El Papa sabe del peligro que puede correr y las amenazas que rodean a su persona, pero Giani asegura que lo que más le preocupa son los fieles. “El Vaticano es un lugar por el que cada día, entre las visitas a la Basílica, a los Museos y las audiencias, pasan decenas de miles de personas que deben sentirse seguras. Somos los encargados de su seguridad los que debemos adecuarnos a él, y no al revés. Debemos hacer todo lo necesario para que pueda continuar desarrollando su ministerio como quiere y cree”.
Para Giani uno de los momentos más críticos de la seguridad en el Vaticano fue “el sucesivo al discurso que Benedicto XVI dio en Ratisbona, el 12 de septiembre del 2006″. Según él guardaespaldas se trata de un discurso “profético” porque “denunciaba la degeneración de un cierto islam extremista, pero que entonces suscitó protestas muy fuertes contra el Papa”. Con Benedicto vivió alguna situación de alerta cuando fue atacado dos veces por la misma mujer, Susanna Maiolo.  En 2012 pasó a la fama al detener, personalmente, al mayordomo del papa, Paolo Gabriele, de 42 años, acusado de filtrar documentos secretos del Vaticano.
Glauco Benigni escribió en 2005 el libro ‘Los Ángeles de la guarda del Papa’ en el que explica que “la seguridad personal del pontífice depende de muchos niveles y se organiza según las múltiples áreas de su permanencia y tránsito. Ante todo, hay que aclarar que nos encontramos ante un nivel visible yante otro invisible. Los miembros del primer nivel no son definibles como secretos, aunque sin duda son muy discretos. En cambio, los del nivel invisible están claramente ocultos y, por tanto, hablar de ellos es inapropiado e imposible. El nivel visible consta de tres grandes áreas. Dentro de la Santa Sede están su guardia de cuerpo personal -los guardias suizos-, y la Gendarmería Vaticana. Fuera de los muros vaticanos, en el territorio italiano, actúan los agentes de la inspección de la Policía italiana, un comando dedicado en particular a la defensa de la Santa Sede”.  Destaca también que el gran cambio en la seguridad vaticana llegó “con el Papa Karol Wojtyla, a causa del atentado del 1981 y de sus muchos viajes”
AL FRENTE DE LA GUARDIA SUIZA
Si Giani  es la sombre del Papa, detrás de él hay un pequeño ejército que forma Cuerpo de la Gendarmería de la Ciudad del Vaticano, formado en la actualidad por 130 hombres y que desde 2008 forma parte de la Interpol. Cuenta con el apoyo de todos los servicios de inteligencia del mundo y en caso de un ataque terrorista o cualquier situación de riesgo cuenta con el apoyo de todos los cuerpos de seguridad de Italia.
Para formar parte de la guardia suiza los requisitos son estrictos. Tienen que ser ciudadanos suizos, católicos, solteros en el momento del reclutamiento, tener entre 19 y 30 años y medir como mínimo 1,74.
Este cuerpo nació el 22 de enero del año 1506 como defensa del Papa Julio II. En la actualidad, aunque su aspecto pueda ser anacrónico, son un Ejército absolutamente profesional que bajo ese uniforme con alabarda ocultan desde gases lacrimógenos hasta pistola y dos granadas.
Cada 6 de mayo, los nuevos reclutas juran su cargo; este es el día en que se conmemora aquel 6 de mayo de 1527 en que, en pleno saqueo de Roma, 147 de los miembros de la Guardia Suiza fueron asesinados a manos de mercenarios alemanes.
Aunque sólo pueden acceder varones, desde hace tiempo se viene hablando de la posibilidad de admitir, en este ejército que es el más pequeño y antiguo del mundo, a mujeres en determinados puestos.
“Juro servir con fidelidad, lealtad y honor al Sumo Pontífice [nombre del Papa en curso] y a sus legítimos sucesores, y dedicarme a ellos con todas mis fuerzas, sacrificando si fuera necesario incluso mi vida para defenderlos. Asumo este mismo compromiso con el Sagrado Colegio de Cardenales cuando la Sede Apostólica esté vacante […]. Que Dios y nuestros santos patronos me asistan”.
Los santos patronos incluyen el especialmente los Ángeles Custodios, San Martín, y San Sebastián. Cada día, dos tercios de la Guardia Suiza está encargada de montar guardia en la entrada del Palacio Apostólico. Asimismo, los guardias suizos son los que velan por el orden público en los actos con el Papa, así como en las audiencias generales y en los encuentros con autoridades.

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